martes, 26 de julio de 2011

Por una ciudad más feliz

Txt Emilia Erbetta / Ph Anabela Belén Aguilar

Cultra estuvo en Plaza Almagro, uno de los seis puntos elegidos por el Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA) y los Trabajadores Artísticos por la  Música en Acción (TRAMA)  para liberar su Proclama por el Arte y la Cultura Viva, en una convocatoria a artistas y músicos para intervenir el espacio público de la Ciudad de Buenos Aires, en el marco del ballotage que el próximo 31 de julio definirá quién será el próximo Jefe de Gobierno.

A las cuatro, la tarde todavía pinta igual que cualquier otro sábado. Algunos chicos prueban la bici sin rueditas, mientras que varios jubilados charlan en las porciones de sol que los edificios dejan sobre esa mezcla de cemento y cesped que es la Plaza Almagro. Pero algo se está armando, porque alrededor de un micrófono y unos cajones de cerveza que hacen de sillas, se improvisa un escenario y se empieza a juntar gente.  Algunos sabían porqué estaban ahí, otros pasaban por casualidad y se quedaron a escuchar un rato lo que los artistas convocados por MECA y TRAMA tenían para decir sobre la política cultural de la ciudad de Buenos Aires.



“ Decidimos intervenir en este marco porque entendemos que hay muchos conflictos que tienen que ver con la cultura, muchas demandas concretas y muy específicas que hacen a los trabajadores de los centros culturales y  de la música, que han sido totalmente invisibilizadas”, le contó a Cultra Florencia Minici, de La Usina Cultural del Sur.   

La Proclama por el Arte y la Cultura Viva  surgió de estos dos grupos de artistas para tomar posición ante la posibilidad de un nuevo gobierno de Mauricio Macri en la ciudad  y sacar a los barrios su reclamo por una ciudad culturalmente más inclusiva, en repudio de lo que ha sido la gestión cultural del PRO.

Cuando ya son casi las cinco, la imagen es otra. Si, hay menos sol y más frío, pero frente al escenario hay público, que se queda escuchando las canciones de Bruno Malimverni. Algunos son chicos curiosos, otros tienen cara de vecinoquepasaporahi y otros esperan su turno para tener un ratito con el micrófono. La idea fue sacar a la calle lo que pasa siempre puertas adentro de los centros culturales y hacerlo en función de una propuesta que es social y política porque, como subraya Minici, “es una manifestación en la que nosotros intentamos por un lado dar cuenta de lo que ha pasado durante estos años en la gestión cultural integral de la ciudad de Buenos Aires en materia de salud, vivienda, educación y por otro hacer una apuesta a futuro”. 

Un relevamiento hecho por MECA calcula que en la ciudad hay más de 50 centros culturales que se sostienen en condiciones de legalidad muy precarias. No hay cifras oficiales sobre la cantidad de clausuras. Aunque esa información debería ser pública, hasta ahora la Agencia Gubernamental de Control no informó sobre el número ni las razones de los cierres.

A la música se sumó la intervención del grupo de Teatro Piloto, que se acercó a Almagro con una parodia del jefe de gobierno porteño y el manto de marketing que patina todo lo que hace. Esa costra marketinera es la que muchas veces tienen que atravesar para charlar mano a mano con el vecino del barrio. En esas charlas Minici encuentra un intercambio muy interesante, donde hay puntos de acuerdo que demuestran que el voto está atravesado por muchísimos factores y que no necesariamente implican una validación automática de la gestión del PRO. Por eso MECA y TRAMA van por la acción, para salir de un lugar de queja y entrar en el terreno de la propuesta: “Acá hay actores de la cultura, hay sujetos que están organizados y que realmente tienen propuestas para poder transformar la gestión en materia cultural de la Ciudad de Buenos Aires”, se planta.

 Hace un poco más de un mes, el Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA) presentó dos proyectos de ley en la legislatura porteña, uno que crea la figura de centro cultural y otro de fomento. Ya fueron girados a las comisiones de Cultura, Desarrollo Económico y Planeamiento Urbano, pero los cambios en la composición de la legislatura acortan los tiempos, aunque el arco opositor ya garantizó su apoyo. Pero si no llega a ser así, están preparados: “Si el proyecto se traba como ya ha sucedido con otros proyectos realmente populares y de avanzada, estaremos saliendo a la calle para decir presente y arrancarle la ley al Gobierno de la Ciudad”. 

Tocaba Paula Maffia cuando empezó a sonar la murga. Se hacía de noche en Plaza Almagro y en los otros cinco puntos (Barrancas, Parque Lezama, Parque Patricios, Plaza Flores y Parque Rivadavia) donde la Cultura Viva se hizo escuchar. La tarde demostró que la relación con los vecinos que no participan habitualmente de los centros culturales está por construirse. Es un camino que recién se empieza a transitar, para que toda la ciudad conozca qué pasa en los espacios donde se cocina lo más auténtico de la cultura porteña.


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