lunes, 21 de noviembre de 2011

La Oreja Negra



 Txt Leandro Palazzo @leandropalazzo / Ph Ezequiel Sambresqui

Si los sonidos varían su velocidad en función del medio en el que se transmiten, podemos confirmar que la nueva experiencia sonora que ofrece La Oreja Negra huye de los moldes y de lo hasta ahora conocido. La diversidad de propuestas culturales que ofrece Buenos Aires cuenta desde hace poco más de seis meses con una nueva alternativa: una fábrica de arte, tragos y besos.


Una combinación irresistible, un espacio, como un club de amigos, que recibe todas las noches una significativa concurrencia de público. Algo más que un lugar para ver tocar a una banda, mientras se saborea un menú especialmente elaborado para conmover los sentidos. Como dice uno de sus creadores, Fede Barale: “La Oreja Negra trasciende el espacio físico”.

En el plano de lo concreto, La Oreja tiene capacidad para 200 personas. Todas las noches hay un espectáculo distinto, desde teatro a shows musicales. “Nos abocamos principalmente a difundir bandas que todavía no ingresaron en el circuito comercial”, precisa Fede, también creador de la propuesta antecesora, el conocido Espacio Dadá de Plaza Serrano, que comparte con su socio Sebastián Gil Miranda.

En lo abstracto, la experiencia sonora de esta propuesta no tiene fronteras. La agenda semanal se comunica a través de las redes sociales, donde también dan a conocer videos y coberturas sobre los shows que allí se presentan. Además, mediante una radio online, que funciona las 24 horas, transmiten una selección musical abocada al género canción, que ameniza la estadía por sus sitios digitales y difunde lo que alguna vez sonó
en vivo en su escenario.




“Uno puede estar sintiendo la experiencia de La Oreja sin estar acá, desde tu casa o la de tu primo”, advierte Fede Barale. “El proyecto de la radio musical por internet permite dar lugar a los artistas emergentes, por eso decimos que es la radio donde suena el futuro, y al mismo tiempo musicaliza nuestra web en todo momento”, reafirma Sebastián Gil Miranda.Entre los autores que más se destacan dentro de la programación radial se puede encontrar a Lisandro Aristimuño, Onda Vaga, Palo Pandolfo, Coiffeur, Rosal, Los campos magnéticos y Nacho y los caracoles.

La formación de los creadores de este espacio que sorprende entre las variantes existentes, va desde la psicología, arquitectura, teatro y fotografía; hasta las letras, música, plástica, diseño gráfico y cine. Se percibe que, aunque ambicioso, el proyecto no es improvisado y seguramente esta sea una de las claves de la superación. 

Encontrar un punto en particular por el que La Oreja Negra se destaque es difícil, hay varios que al vincularse hacen de este espacio una verdadera fábrica de arte. Entre cocineros, diseñadores y prensa, arman un efectivo equipo de trabajo. Con la atención personalizada de los propios mentores de la iniciativa, el servicio que se le ofrece a los artistas es de calidad.

El escenario es amplio y está proporcionado de todos los equipos de sonido necesarios, además los músicos cuentan con un cómodo camarín para antes y después de salir a escena. También La Oreja, como productora de eventos, facilita la grabación de videos, edición y fotografías; y como centro cultural, recibe a sus visitantes con una interesante librería. “Las decisiones que tomamos acá son muy democráticas, consultamos todo con los artistas”, revela Fede. “El objetivo es perdurar, ganarse un espacio”, concluye entusiasmado Sebastián.


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